Es ese momento del año en el cual la temporada de los Cleveland Cavaliers comienza a salirse un poco del carril, tal como pasó en las tres campañas anteriores. A pesar de ello, con la combinación del pánico de los aficionados, los tuits crípticos de LeBron James y las maniobras de la gerencia, los Cavaliers alcanzaron estar en tres Finales de la NBA consecutivas.
La derrota del miércoles, tras una desastrosa actuación por score 102-88 contra los Boston Celtics, no debería ser tan sorprendente. Cleveland, el equipo con los jugadores más longevos en la liga, estaba jugando la segunda noche de partidos en jornadas consecutivas. Y los Cavaliers jugaban en la carretera tras haber volado en las postrimerías de la noche del martes. Además, se enfrentaban a un equipo de los Celtics que tuvo dos meses y medio para asimilar su derrota ante Cleveland en la jornada inaugural, preparándose así para la revancha.
Habiendo dicho lo anterior, intentar racionalizar las cosas no ayuda a consolar el golpe recibido en la pizarra, como resultado de la actual mala racha de los Cavaliers, que han perdido cinco encuentros de sus últimos siete. Con récord 25-13, están ubicados en el tercer lugar de la Conferencia del Este, a 4 ½ juegos por debajo del líder Boston y a dos por debajo de los dueños del segundo lugar, los Toronto Raptors, contra quienes se enfrentarán posteriormente en su viaje de cinco cotejos.
Tuvieron su segunda peor noche de la temporada en lo que a anotación se refiere en su partido contra los Celtics, convirtiendo apenas el 34.8 por ciento de sus intentos de encestes desde la cancha y de 8-32 en la larga distancia, rompiendo así su cadena de 26 juegos al hilo con por lo menos 10 triples, récord de la franquicia. El único encuentro en el cual los Cavaliers tuvieron peor registro de enceste fue en Navidad contra los Golden State Warriors.
Deja un comentario